domingo, 24 de enero de 2016

Capítulo 21: La reunión del Oriente Medio… capital: Roma



Como bien le hace saber Blake a su estirado mayordomo en la primera escena del episodio, han pasado algunas semanas desde que Krystle sufrió el aborto y está cada vez más depre. 

 La señora está triste...  ¿Qué tendrá la señora?
Los suspiros se escapan de su boca de fresa...

¡Ay Jeanette, que cursi eres! Siente que le ha fallado a Blake. Pero este sabe cómo animarla ¿Con otro collar de esmeraldas? ¡No, mejor no, no mentemos a la bicha que hizo que Krystle le abandonase por primera vez! Las perlas de Cartier nunca fallan… hasta hoy. Así que Blake decide volver a su tolerante talante del pasado y le exige a Krystle que haga una visita al Dr. Toscani. recordándole que a Claudia no le fue tan mal y ahora ya está trabajando para él en la Denver Carrington. 

En efecto, Claudia ha mejorado tanto que la han enchufado y puede volver a trabajar sin ponerse a pegar tiros en medio de la calle, concretamente en la sala de archivos, un trabajo de ensueño… sobre todo para Cecil, que conocedor de que la compañía de su examigo Blake ha desarrollado un nuevo proceso de extracción de petróleo lo quiere para su propio beneficio. 

No te fies Claudia, a Cecil no le gustas tu, le gustan tus expedientes

Claudia no es la única adquisición laboral de la compañía de Blake, también Jeff, que se niega a volver a la empresa del tío Cecil y mucho menos a espiar para él. A Cecil solo le queda una salida: intentar seducir a la loca nueva empleada, así que la invita a cenar y ella acepta encantada. Antes de los postres, Cecil le asegura que hará todo lo que pueda por localizar al fugado Matthew y su hija Lindsay, que para algo su compañía es internacional y no una tan pueblerina como la de Carrington. 

La primera sesión a domicilio de Toscani es bastante incómoda para doctor y paciente, pero al parecer le hace algún bien a Krystle porque hasta tiene el ánimo suficiente como para sufrir una de las cenas familiares de los Carrington.

 ¿Veis como si? ¡Que unas perlas lo arreglan todo! 

Teniendo en cuenta que Fallon es una de las comensales, era más que previsible que la cena no acabase bien gracias al talento especial de la niña para decir una - o unas cuantas- de sus ocurrencias en el peor momento. 

"Para ser una fiesta en honor a Krystle, para celebrar su vuelta entre los vivos, parece que estamos un poco fúnebres” comienza mientras esperan a la homenajeada, pero también hay leña para el resto de ausentes. “¡Steven y sus misteriosas citas! ¿Y dónde está Sammy Jo? … ¡Estará patinando en la buhardilla!”. Justo en ese momento entra una radiante Krystle con su nuevo collar de perlas -que por supuesto no pasa desapercibido para Fallon- preguntando por su sobrina. La coletilla que Fallon necesitaba para darle la estocada final como quien no quiere la cosa: “Tu sobrina está impresionada Krystle, según ella es estupendo pertenecer a esta familia. Tendré que creerlo, te regalan un magnífico Rolls cuando esperas un hijo… y perlas cuando lo pierdes”. 
 ¡Ups! O como dicen en Denver... Oooops!

Con Krystle retirada a su habitación y Blake ahogando sus penas con una copa en el club, Fallon tiene vía libre para meterse de nuevo en la cama de su semental italiano, aunque a Jeff le dice que va a salir para hacer “obras de caridad”. Jeff sospecha que tiene un amante pero no quiere perderla. En la cama con Nick, Fallon sigue con sus fantasías post-coitales. Que si es todo un hombre, que si un antiguo conquistador, que si un capitán de capa y espada… 

Fallon mosqueada tras sus "obras de caridad" con Nick

Fallon está coladita por el “primer hombre adulto” en su vida y quiere casarse con él. Si lo de llamarle viejuno no era suficiente para que Nick se preocupase, lo de casarse acaba por hacerlo, así que tira de manual de psiquiatría para decirle a Fallon que solo está buscando un escape. Eso no le sienta nada bien a ella, porque Fallon se encuentra con un problemón inesperado. En su carrera por ser la mamá Carrington del año no contaba con que su principal competidora fuera a retirarse… ¡Y ahora es la campeona, porque esa mañana Fallon acababa de descubrir que estaba preñada! ¡Vaya marrón! Un bombo es un incordio para sus planes de futuro. Antes de que Nick salga corriendo de la cama, Fallon le aclara que no es suyo y además piensa abortar, pasando de Jeff, que es el verdadero padre. ¡Corre Nick, déjate de venganzas y corre!

En el club, Blake se cruza con Steven… que sigue con su conversión sexual y tontea con una rubia llamada Dottie, aunque tenga otra viviendo en la mansión más que dispuesta a estar a su lado como Sammy Jo. 

El nuevo Steven las prefiere rubias... y profesionales
 
Blake les ve juntos y no parece conforme, porque al día siguiente le dice a Steven que Dottie era un poco puta… o un mucho, la verdad. Steven está confuso y no por el resacón… ¿Pero no quería que dejase sus “costumbres neoyorquinas”? ¡Desde luego que tiquismiquis es este hombre!

 En esta casa el desayuno es cada vez más asqueroso...

Steven es más listo de lo que parece, porque le echa en cara tanta preocupación paternal repentina, viniéndole a decir que como el hipócrita que es, él prefiere verle en público con mujeres a admitir que su hijo es gay.

¿Y que ha sido de la bruja malvada del oeste? Alexis ha dejado su estudio por unos días y se ha pillado un vuelo a Roma para reunirse con el elusivo Rashid Ahmed, que será escurridizo, pero no tonto y enseguida adivina las intenciones de la ex señora Carrington y sabe que quiere algo.

 ¡Pobre de moi! ¿Qué voy a querer yo de un ex amante bien dotado y forrado? 

¡Y tanto que lo quiere! Quiere que libere los petroleros de la Denver Carrington, cargaditos del preciado oro negro. Pero ya lo discutirán a la mañana siguiente, después de una noche despepitada y carnavalera en su suite romana favorita.

Al día siguiente Alexis llama a Blake y le pide que vaya volando a Roma para su deseada reunión con Ahmed… pero le exige que no se lo diga a nadie, ni siquiera a su queridísima Krystle. “Rashid ha dicho que si hay una filtración anulará el trato, así que decide” le advierte Alexis siseando como una serpiente. 

  
¡Ha picado!

Blake acepta sus condiciones sin imaginar que el árabe ha conspirado con ella para llevarle hasta Roma pero no se va a quedar allí. “Quiero quedarme a solas con Blake, se me ocurrirá algo… ¡Tengo mucha imaginación!” le responde Alexis abriéndole la puerta para despedirle.

En Denver y tal como le había anunciado a Nick, Fallon está dispuesta a terminar con su embarazo, pero gracias a que la clínica donde piensa abortar se pasa la ética médica por el forro, Jeff descubre sus planes vía telefónica.

Uy uy uy, no te gires Fallon, me parece que tu marido no está contento...

Fallon sale de la ducha en plan honesta, reconociendo que es una niña mimada y egoísta que le ha hecho la vida imposible, para que le conceda el divorcio. Pero Jeff ni se inmuta mientras Fallon le dice que a fin de cuentas no han llegado a tener el hijo que deseaban. “Tu aborto se va a realizar el martes, cogí el recado” le suelta él fríamente exigiéndole que anule la cita. Tendrá el divorcio, si tanto lo desea, pero primero tendrá que parir a su hijo.

 ¿¡Parir!?¿Y que hago luego con las estrías?

CONTINUARÁ…