domingo, 28 de diciembre de 2014

Episodio 7: La metedura de pata de Krystle



Blake Carrington está pasándolo verdaderamente mal y cree que no puede fiarse de nadie… Y todo ese pesimismo tiene que ver con Matthew, porque alguien le ha hecho el préstamo que necesitaba, con lo cual no perderá su valioso pozo petrolífero y la Denver-Carrington no podrá echarle las garras encima. Blake se pregunta: ¡¡¡¿Pero QUIÉN me pone la pierna encima para que no levante cabeza?!!! Bueno, lo que en realidad se pregunta es QUIÉN le ha dado el dinero a Matthew… ¿Colby? Frío… ¿Harrison? Frío, frío… ¿Peterson? Helado… 

 Krystle no pone esa cara por el frío precisamente…

Sabiendo el genio que gasta su maridito con sus propios hijos, Krystle se teme que pueda descubrir que ha sido ella, la única persona de la cual cree que puede fiarse. Al menos, Blake piensa que por muy mal que le vayan los negocios, muy pronto tendrá un nuevo heredero cuando Krystle se quede embarazada (ejem, ejem), un hijo al que ponerle su nombre… y no como Steven, al que le pusieron el nombre de su suegro.

 “Seguro que si le hubiésemos llamado Blake 
no hubiese salido así”


 Lindsay, la niña del visillo...

Cuando Lindsay, la histérica hija de Matthew y Claudia, tan aficionada a escuchar lo que no debe, pilla una conversación matinal en la que estos admiten que eran demasiado jóvenes cuando se casaron, pasa de las clases para ir al registro civil en busca de la partida de matrimonio de sus padres. Eso confirma que se casaron por su culpa, cuando Claudia se quedó preñada, así que como la gran “drama queen” que es se siente desolada. MUY desolada. ¡A ver si maduramos nena! ¡Como si no te pudiesen pasar cosas mucho peores! (Spoiler: De hecho le pasará la peor antes de que cumpla siquiera los 18 años).

 
Acostumbraos a esta cara... es su favorita

En el pozo Lankershim-Blaisdel, Matthew descubre que fue su empleado homofobo Ed el que saboteó la perforadora y no Steven. Por supuesto, el muy lerdo y cobarde no lo reconoce a las buenas, así que Matthew hace lo que mejor sabe, saca la mano a pasear y tras unos cuantos golpes le dice que lo hizo porque Blake le pagó para hacerlo. Cuando Matthew se disculpa con Steven y le ofrece de nuevo su puesto de trabajo, este lo rechaza y le hace ver que, como todos los demás, creyó en su culpabilidad sin dudarlo un instante, y solo porque es gay. 

 “Prefiero tener a un marica como amigo 
que a una serpiente o un cobarde”

Cuando Matthew cree que por fin se ha librado de él, el rencoroso Ed visita a Claudia en la tienda de libros donde trabaja para contarle que mientras ella estaba en el psiquiátrico Matthew se enrolló con Krystle, confirmando sus peores temores.

Para llevar unos cuernos tan grandes los disimula 
muy bien Sra. Blaisdel ¿Es el peinado?

Con su marido Jeff de viaje por Oriente Medio, Fallon decide salir de juerga con otros hombres saltándose las normas de ética burguesa que según ella debe tener Krystle y que la obligarían a encerrarse en la habitación con una novela rosa. 

 Entrada triunfal de Fallon antes de tocarle un poco
los ovarios a su "queridisima" Krystle.

Tras mofarse de su madrastra un rato y justo antes de que su hermano apague la luz para dormir, Fallon irrumpe en su habitación para compartir un momento muy tierno y fraternal, bueno, todo lo tierno que puede ser cuando ella está más borracha que una cuba de Falcon Crest. Los dos hablan de su niñez, recuerdan a su madre y lo mal que lo pasó Fallon, que no pudo dormir en seis meses después de que les abandonase. Si supiese que no tardará en volver… entonces si que no dormirá nadie tranquilo en toda la mansión.

 "Aquí estoy yo ¡el escándalo de Colorado! Y aquí estas tú… “
“…el fracaso de Blake Carrington ¡Qué buena pareja hacemos!”

Cuando por la mañana Steven recibe un telegrama de Ted (¡¡¡Pero que pelma!!! ¿Es que no le quedó claro que Steven no quería saber nada de él!) Fallon decide ponerse en plan Perales y saber cómo es él, en qué lugar se enamoró de Steven, de dónde es y a que dedica el tiempo libre. 

Fallon pillada cotilleando el correo ajeno... 
concretamente el de Steven

Para no tener que aguantarla más, Steven le dice que Ted va a pasar unos días en Los Angeles y San Francisco y le pide que vaya a verle. Aunque Steven ya tiene decidido que no va a ir, Fallon sí que lo hace (ya os hemos dicho que estaba muy aburrida). Además ¿para que se tiene un jet privado si no es para usarlo? Fallon invita a Ted a subirse a bordo y le pide que deje en paz de una vez por todas a Steven (¡Esa es nuestra Fallon! A ver si así lo pilla) para que pueda obtener lo que le pertenece por su derecho de nacimiento. Ted accede y promete darle un tiempo a Steven para que se aclare las ideas, pero reconoce que le ama más que a nada en el mundo. Algo que Fallon no ha sentido nunca… pero tampoco le importa si la invita a comer langosta en San Francisco.

 No te fies de mi sonrisa... O dejas de acosar a mi hermano 
o te tiro sin paracaídas en pleno vuelo



Finalmente, Blake encuentra accidentalmente en la bata de su mujer una caja con sus píldoras anticonceptivas y teniendo en cuenta lo que pensaba al comienzo del episodio no le hace ni la más mínima gracia. 

Conociendo a Blake, Krystle debería esconder mejor sus cosas
A este paso pronto sabrá lo del collar (¡Uy, SPOILER!)

Cuando Krystle vuelve a casa esa noche, Blake está tan borracho como Fallon, deshojando la margarita… mejor dicho, tirando las píldoras mientras farfulla “me quiere, no me quiere, me quiere, no me quiere…” Krystle no puede tragar saliva y Blake le dice que lo único que deseaba era un hijo suyo, ahora solo le queda un hijo maricón, una hija puta y una esposa de la que no puede fiarse. Para Blake una esposa un poco puta también, ya que piensa que se está acostando con Matthew Blaisdel. Krystle se da cuenta de que es mejor irse a dormir a cualquier otra de las 47 habitaciones de la mansión, pero Blake no deja que salga de allí. Es su mujer y debe cumplir con su deber


¿Desde cuándo ser violada por el marido es un deber o un voto marital? ¿Lo era en 1981? Porque eso es lo que acaba haciendo en una de las escenas más duras (y rápidamente olvidada) de la serie. 
En este episodio se acabaron los CONTINUARÁ*. Pero no penséis que esto se ha terminado aquí, porque evidentemente…
CONTINUARÁ

* Esto se debe a que en su emisión original en EE.UU el episodio 7 y el siguiente eran uno solo de mayor duración.

lunes, 22 de diciembre de 2014

Episodio 6: La casa más divertida de Denver

Decidido a hacer todo un hombre de Steven, el muy machote y rancio Walter le lleva a un burdel sin imaginar que ya estaba experimentando con la otra acera por su propia cuenta con Claudia, la mujer de su socio. ¡Y parece que ninguno de los dos se arrepiente de aquél beso furtivo en el suelo de la cocina! 

Steven Carrington "entusiasmado" con las batallitas 
sexuales del abuelo Walter.

El plan maestro de Walter les lleva muy temprano a la casa más divertida de Denver y encontrarle la chica más adecuada a Steven para que obre el milagro. Lo que no imaginan ni la madam ni Walter es que toda la acción se resume en… Steven y Sarah Pat, la prostituta, viendo la tele. 

¿Happy Days? Yo prefiero ver "Dallas"

De vuelta al trabajo, Steven le dice a Walter que lo ha pasado en grande… ¡¡¡Si el abuelo supiese que ha pagado 200$ para que el chico viese el capítulo semanal de "Happy Days" lo despedía!!!
Lamentablemente en el pozo Lankershim-Blaisdel las cosas no van tan bien, porque el garrulo que descubrió que Steven era un “prevertido” y se llevó un puñetazo de Matthew por insinuar que él también lo era, afloja un tornillo de la perforadora y causa un accidente que obliga a parar las maquinas. 

Desde luego no es el día de Steven, primero le llevan de
putas y luego lo cuelgan como un chorizo...

Por supuesto todos acusan del sabotaje a Steven y este, pensando que realmente ha provocado el accidente involuntariamente, se disculpa, así que Matthew se ve obligado a despedirle. Dispuesto a enmendar su error, Steven se pone a merced de su padre y le asegura que si ayuda a Matthew dejará de acostarse con otros hombres. 

¡¿Olvidarás tus "extrañas costumbres de Nueva York"?!

Blake no piensa hacerlo y encima se enfada todavía más. Su hijo prefiere hacer un sacrificio así por Matthew y no por él. Afortunadamente para Matthew, Krystle es testigo de esa conversación y se lo echa en cara a su inflexible marido, además de reprocharle su crueldad en los negocios. Un lupino Blake le responde que "hay lobos y hay ovejas, y si eres oveja te matan y te devoran porque así marcha este mundo". 

Beeeeeeeeeeeeeee!

Ante semejante grosería, Krystle -que será oveja pero no lerda- aprende una nueva lección “de estilo Carrington” y se da cuenta de que la crueldad es la moneda de cambio y que Blake también debe pagar. Recordando la promesa que les hizo a sus amigas y excompañeras de oficina en su despedida de soltera (que no se acostumbren que solo lo hará esta vez) Krystle las invita a visitarla en la mansión para humillarlas en un partido de tenis y le pide a una de ellas la dirección de un joyero muy hábil haciendo réplicas, para que haga una exacta del collar de esmeraldas que le regaló Blake para aquella cena de gala.

Sin trabajo y al no haber podido convencer a su padre para que ayude a Matthew, Steven decide volver a Nueva York ¡¡¡con Ted!!! Pero Fallon no quiere que se vaya y le aconseja que se lo piense mejor y acepte todo lo que Blake le puede dar, solo tiene que casarse con una chica respetable y ponerle unos cuernos de reno acostandose con todo machote que le apetezca. ¡Y eso que Fallon es la más comprensiva con su hermano!

¿Porque marcharte? ¡Solo tienes que ser tan hipócrita como yo!

Pero si las cosas siguen como están es posible que Blake no pueda ofrecer mucho a su hijo o al resto de su familia, porque las reservas de petróleo de la Denver Carrington en Oriente han sido nacionalizadas. Debe desviar sus propiedades por si las cosas se ponen aún peor y decide sacar a Krystle de la cama a medianoche para ponerlas a su nombre. Y ella como la buena esposa que es firma todos los papeles... 

Krystle, sacada de la cama para 
hacerse un "infanta Cristina"

Si Krystle fuese tan cruel como Blake en ese momento lo tenía a huevo para venderse todo lo que Blake pone a su nombre para fugarse con Matthew y una millonada, pero ella es muy fiel, así que se limita a empeñar el collar de esmeraldas verdadero, sustituyéndolo por la copia en la caja fuerte, y darle el dinero en efectivo a Matthew para que pueda seguir explotando su pozo petrolífero sin tener que venderlo a Blake Carrington o a Cecil Colby. 

¡¡¡Esto si es un sobre y no los de Barcenas!!!

Matthew se siente tan agradecido con su ex amante que la abraza y besa efusivamente dispuesto a rememorar tiempos pasados, Krystle admite que todavía le quiere… pero le hace la cobra y recomponiéndose le dice que de lo que a Blake le pertenece solo puede darle ese dinero, nada más.

¡¡¡Quieto paraoooooo!!!


Y con un Matthew muy necesitado de una ducha fría, se sobre impresiona el CONTINUARÁ… Hasta el episodio siguiente.


domingo, 14 de diciembre de 2014

Episodio 5: El chofer es una portera


El episodio comienza con Steven saliendo a toda prisa hacia el trabajo tras recibir unas fotos de su ex Ted, y no sabemos si la prisa le viene precisamente por ellas, pero recordando sus pintas tampoco nos extrañaría.  

 
¡¡Aggh otra vez Ted!! ¡No me lo quito ni con agua caliente! 

Mientras, el resto de la familia, Blake, Krystle, Jeff y Fallon –que como ya sabemos no tienen que fichar- se divierten jugando al tenis. Bueno, de hecho solo Blake y Fallon juegan al tenis, porque al lado del papaíto y su niña Krystle y Jeff son meros pasmarotes en la cancha. Tras el partido, Fallon le pregunta a Blake si ella y Jeff pueden vivir en la “cabaña” –y por supuesto, seguir gorroneando comida, servicio y todo lo demás. ¡¿Y que iban a decir Blake y Krystle?!

La generosa Krystle le da el dia libre a todo el servicio para poder tener la mansión solo para ella… y para Blake. Mientras saca su lado más marujil de mujer trabajadora preparando una tortilla española en la cocina le confiesa a Blake que quiere involucrarse más en su vida, en su familia y en su carrera. Blake acepta… pidiéndole que le de un hijo, aunque decirle que se está haciendo mayor no creemos que sea la mejor manera de que una mujer se doblegue a tus caprichos. (SPOILER: Si Blake supiese que con el tiempo le saldrán hijos e hijas como si fuesen hongos, se le quitarían las ganas de tener familia numerosa). 

¡¡¡¿Me estás llamando vieja?!!! ¿Tu te has mirado al espejo?

A pesar de su falta de tacto, Krystle está muy enamorada de su marido, porque olvida su lado más feminista y dejando que se enfríe la tortilla española se ponen a la faena allí mismo, en la cocina. ¡¡¡Si la cocinera supiera que los señores se lo montan sobre la encimera!!!

Mientras, en casa de los Blaidel, nos deleitan (sarcasmo) con la apasionante vida de la adolescente Lindsay, cuyo mayor problema es que tiene que ensayar una obra de teatro con un compañero del instituto. Pero como Lindsay es una típica adolescente de los 80, no está dispuesta a perder las bragas a la primera de cambio, así que cuando el ensayo pasa de las galletas y escuchar Supertramp a que el jovenzuelo le meta mano, se pone histérica, tira una lámpara y Christopher, que así se llama el compi, se va de allí diciéndole que está tan loca como su madre. 

¡Quiero comer cookies y escuchar Supertraaaamp!
 
¡Yo no tengo cara de loca! ¿Te enteras?

Y no estaba muy equivocado, porque lo primero que se le ocurre a la loquita es coger el coche de Claudia sin tener carnet de conducir para llegar hasta el pozo de su padre, donde Walter le aconseja que debería hablar con su madre.  Lindsay se resiste, pero Claudia nota que algo va mal y consigue que le cuente todo para consolarla y decirle que no acabará en un manicomio como ella (SPOILER: Acabará en medio de la jungla de Perú).

Eso demuestra que Claudia se desenvuelve cada vez mejor como esposa y madre y empieza a pensar que su vida familiar puede encarrilarse. El psicólogo debería decirle que es la protagonista de un drama y tanta felicidad no puede durar mucho. Y lo que podría volver a torcerla es precisamente el lío que tuvieron Matthew y Krystle, algo de lo que se dio cuenta en aquella cena de gala. Que Claudia se sienta bien junto a Steven, aunque sea gay, tampoco va a ser una ayuda. Como le dice a Matthew, no le importa que Steven sea homosexual y demostrando que es una mujer de su tiempo –no como Krystle, que cambia carrera por hijo sin pensarlo dos veces- se muestra tolerante con eso y le admira por no ocultarlo. (SPOILER: Lástima que la mayor parte de la serie Steven se pasara su orgullo por el forro y acabase siempre con una de sus "mujeres").  

Por su parte, Michael –que como veis es el que da título al episodio por sus habilidades- se mete en todo. Primero intenta volver a seducir a Fallon y nos demuestra que para él el valor de todo se reduce a “un millón de dólares”, pero ella se hace la esposa fiel y le rechaza diciéndole que no quiere engañar a Jeff. Michael sospecha que algo huele mal en ese matrimonio. 

Aquí me huele algo mal... y no he pisado caca de perro

Aprovechando su “amistad” con la secretaria de Cecil Colby y el escaso tiempo para almorzar de la empleada, la invita a una pizza y una copa de vino en un motel barato y le sonsaca la verdad sobre el “feliz” matrimonio de Fallon. 

 
No está mal... Información confidencial por un 
pedazo de pizza y una copa de Don Simon
 
A Michael le falta tiempo para contárselo a Blake y este se pone furioso. Cara a cara con su hija, le dice que no necesitaba su ayuda, que ha salido de problemas financieros peores que el actual y no necesitaba que se vendiese para que Cecil le echase una mano. Krystle se siente incómoda con la conversación e intenta escaquearse, pero Blake le dice que si como le dijo por la mañana quiere formar parte de su familia debe sentarse y disfrutar del espectáculo. Fallon no aguanta más la bronca y le dice que ella estará encantada de dar por finiquitado su matrimonio con Jeff, pero Blake no se lo permite y no le da otra opción: debe hacer que ese matrimonio funcione. Así que más le vale mantener esa alianza en el dedo…

 ¡Se te acabaron los jugadores de futbol nena!
 
Finalmente, dispuesta a demostrar lo moderna que es y lo bien que le parece que Steven sea gay, Claudia le pide a Matthew que le inviten a cenar en la casa. Steven acepta la amable invitación y la cena va muy bien. A Lindsay le encanta tener a un Carrington tan guapo y sensible en la mesa, pero Matthew tampoco se siente celoso dejando a su mujer sola con Steven (¡error Matt, craso error!).

 No, Steven y Claudia no están haciendo manitas por 
debajo de la mesa... ¡Todavía!

Mientras toman un último café en la cocina, cuando Lindsay y Matthew ya se han ido a la cama, Claudia le demuestra a Steven que aunque sabe de su condición no le juzga y le aconseja que deje el trabajo con Matthew, aunque estaría encantada de que volviese a cenar con ellos en otra ocasión. Tras recitar un poema, a un nervioso Steven se le cae la taza y en el suelo, como si de repente Claudia fuese todo un chulazo, Steven la besa. ¡A ver si nos aclaramos!

 ¡Ahora si, pero no manitas, filetazo!


CONTINUARÁ…