miércoles, 2 de diciembre de 2015

Capítulo 20: El aborto (y la metamorfosis cani de Steven)



Por si no os había quedado claro en el final del episodio anterior -con spoiler incluido de la propia Krystle- el título del capítulo lo deja bien claro desde antes de que empiece, sí, Krystle pierde el bebé que esperaba, pero la jugarreta de Alexis tirándola del caballo tiene aún peores consecuencias, porque el doctor le dice a Blake que no podrá tener más hijos. 

Con esa cara no podían esperarse muy buenas noticias…

Durante la larga espera entre la llegada al hospital y el diagnóstico médico, Blake hasta ha tenido tiempo de recordar su amor por Krystle… pero tiene memoria selectiva, MUY selectiva, porque todos sabemos (y si no, solo tenéis que releer los episodios clicando en la columna de la izquierda) que en los primeros meses casados le dio más disgustos que alegrías… por no decir que la violación en el lecho marital se ha borrado de su mente. 
 ¡Que pronto te olvidas de lo del collar… y lo de las píldoras querido!

Otra memoria selectiva es la de Jeff, que aunque hace unos episodios reconociese que Blake le daba miedo de niño y demostraba no tener demasiado aprecio por su suegro, ahora es más papista que el papa y está acompañando a Blake en tan duros momentos, como si fuese su hijo.

Tranquilo Blake, yo también he olvidado que te odiaba.

Por cierto, que uno de esos hijos -su hija Fallon- también está con un doctor, pero pasándoselo mucho mejor que Krystle… El Dr. Toscanni le recomienda que vuelva a la mansión antes de que Jeff la eche en falta, pero Fallon saca su lado más Carrington: “salgo cuando quiero y entro cuando quiero”. Cuando él le replica que a los Carrington todos parecen importarles un bledo, Fallon escupe un poco más de veneno… 

”Eres mucho más simpático en la cama ¿no te lo habían dicho nunca?”

Antes de marcharse Fallon cotillea un poco y gracias a una foto de Nick con su hermano, descubrimos que sirvió en el ejército y  abandonó la cirugía por una herida de guerra. A Fallon le encanta el misterio… ¡si supiese que su amante solo piensa en hacer sufrir a su queridísimo y adorado papá!

 - ¡Pero que guapo soy y que culito tengo! 
- ¿Nick, no estábamos hablando de tu hermano?

El otro hijo ausente de Blake, Steven tampoco se lo está pasando mal… o si, porque con lo culto que era cuando estaba con Claudia, no le imaginamos disfrutando de la velada tomando cerveza con una vulgaris como Sammy Jo, hablando de carreras de coches con sus amigas chonis y amigos canis. 

¿Cómo ha hecho Sammy Jo tantos amigos en apenas unos días en Denver?

Aunque los médicos y el propio Toscanni dijesen que Steven salió sin daños de su contusión en la piscina, con cada capítulo nos queda más claro que están equivocados. Si Blake no se hubiese ablandado a partir del juicio hasta pensaríamos que todo esto forma parte de su perverso plan para que Steven olvide su pasado gay… Pero teniendo en cuenta que en Denver parece haber una epidemia de desmemoria selectiva contagiosa, ya no sabemos a que atribuir el comportamiento del nuevo Steven. En aquellos días más felices, Steven solo hubiese participado en un desafío sobre citas literarias… pero ahora acepta competir ¡¡¡en una carrera!!! con uno de los nuevos amiguitos de Sammy Jo. 


Cuando Fallon llega a la mansión al amanecer, la siempre madrugadora Alexis la sorprende con su vestido rojo, que no es de la línea “presque nu” pero poco le falta a juzgar por la mirada escáner que le echa, y la invita a tomar uno de sus “malísimos cafés” en el estudio. Cuando Alexis adivina que no ha salido a dar un paseo y le pregunta en la cama de que amigo ha pasado la noche, Fallon pierde los nervios y le recuerda que llega algo tarde, 16 años tarde concretamente, para hacerle de madre. Alexis solo quiere aconsejarle para que no parezca una puta…

De puta a puta… y tiro porque me toca (¿a la rubia?)

Cuando poco después llega Jeff, toma el testigo de Alexis a la hora de sermonearla pero Fallon solo quiere dormir –lo que no ha hecho en toda la noche- porque está muy cansada. Jeff también y le explica por qué…  Una insensible Fallon le dice que ya irá a ver a Krystle al hospital para decirle cuanto siente la pérdida del niño. “¿Y tú que perdiste anoche Fallon?¿Parte de tu dignidad?” es la frase lapidaria con la que Jeff da por terminada su conversación marital.

”El coche aún está caliente” (y Fallon mucho más)

La pobre Krystle se despierta en el hospital completamente histérica, lamentando y autoflagelandose por la pérdida del nuevo heredero Carrington. Y aún se pone peor cuando el médico se niega a decirle lo que le oculta… Algo que intuye y que la hace llorar todavía más. 

“¡¡¡Silencio, que estas en un hospital!!!”

Mientras tanto, Steven participa en esa carrera de coches tan machirula y aunque pierde siente la adrenalina correr por su sangre, al cuerno con la poesía y la opera ¡quien necesita tanta cultura cuando tiene un cambio de marchas a mano! ¡Que estamos en América, no en Viena! ¡Y lo mismo vale para su inquieta sexualidad! ¿Quién necesita un hombre si ahora se siente igual de excitado por una rubia como Sammy Jo? ¡Ya no sabemos que le ha hecho hetero! ¿El golpe en la cabeza o la gasolina? ¿El tocino o la velocidad? ¡Da igual, ya sabemos que los guionistas tienen que obedecer a los jefazos y un homosexual joven no podía tener esa vida loca en los 80!  

Nada como codearse con canis para dejar atrás la vida gay...

El caso es que Steven besa a Sammy Jo y le confiesa que la ama, así que se la lleva a la misma cabaña donde le dijo lo mismo a Claudia antes de hacerle el amor. Tal vez sea eso lo que le impide consumar con la rubita (o igual ha recordado brevemente que es gay), así que ve a Claudia en la mansión de su padre para decirle que todavía la ama y quiere casarse con ella. Claudia dice que sigue enamorada de Matthew… aunque solo unos minutos antes, en su última sesión con Nick, admitió que lo odiaba y que solo querría tener de vuelta a su niñita Lindsay (¡no por favor, que no vuelva la llorona!). Es la única manera de librarse del confuso Carrington.
Alexis está muy preocupada por los nuevos devaneos sexuales de su hijo Steven, ella que tiene tanta experiencia sabe que muchos jóvenes gays deciden cambiar su estilo de vida y casarse. Pero lo hacen tan rápido que se casan con la mujer equivocada… en este caso la “vulgar” Sammy Jo. 

Hazme caso… los gays cambian de estilo de vida como yo de vestidos y pelucas.

Para evitarlo, va a hablar con Blake y este accede a hablar con Steven, que le asegura que no hay nada de lo que deba preocuparse porque no pasa nada entre él y la sobrina de Krystle (por ahora). Empezamos a pensar que el título del capítulo tendría que haber sido “Confusión Total” o “Ser o no ser (gay)” porque de lo que menos se habla es del aborto sufrido por Krystle.
Antes de marcharse de la mansión, Alexis vuelve a practicar su afición favorita, la de escuchar conversaciones ajenas detrás de las puertas, y escucha a Andrew hablando con Blake de un tal Rashid Ahmed, el árabe que ahora controla todo el petróleo de Blake en Oriente Medio. Blake necesita hablar con él para intentar recuperarlo antes de que la Denver Carrington entre en bancarrota. Alexis parece encantada y vuelve corriendo al estudio para hacer una llamada… conoce a Ahmed de sus años locos en Acapulco y quiere localizarle para reunirse con él. 

La okupa Alexis contraataca    #BitchdelvisilloPart2

Nick visita a Krystle en el hospital para intentar sacarla de la depresión, y lo hace tan bien… que acaba haciéndola llorar... por ella o por el niño que ha perdido, pero no por Blake, como le había aconsejado. Al salir de la habitación se encuentra con Fallon, que al parecer ya no está tan cansada –aunque si fuese por ella volvería a repetir la noche con Nick allí mismo- pero el doctor no parece tan interesado en ella. La caprichosa Fallon no se lo toma nada bien y piensa que la ha borrado ya de su agenda, así que le pregunta si ya la sustituye la mujer de su padre. 

Krystle, Krystle… te vas a comer este ramo, rosa a rosa.
CONTINUARÁ…

lunes, 23 de noviembre de 2015

Capítulo 19: ¡Viva Las Vegas... y Olé!



 No es la casa de los Munster… es la mansión Carrington

Llueve en Denver, llueve mucho, se avecina una tormenta en todos los sentidos, pero nada va a impedir que Blake vuele hasta Las Vegas en su avión privado para ocuparse de sus negocios. Krystle quiere acompañarle, pero Blake insiste en que se quede en casa y a la rubia no le queda más remedio que hacerlo (¡sólo falta que le ponga un cinturón de castidad!). En cambio, Fallon, que como ya sabemos es mucho más espabilada y se ha enterado de todo escuchando como una cotilla al otro lado de la puerta, se calla y se escabulle para colarse en el avión y no salir hasta que ha despegado. 

 ¡¡¡Sorpresaaaaaa papá!!! ¡Tienes un polizón a bordo! 

Evidentemente, como no la puede tirar con paracaídas ni dar la vuelta, Blake tiene que aguantarse y permitir que su niña mimada le acompañe. Fallon solo está preocupada por él, sabe que quiere vender una parte de su equipo para poder devolverle el préstamo al avaricioso Cecil y va a tratar con mafiosos. Blake asegura que no necesita su ayuda y le advierte que no se meta por medio… ¡Si, ya! ¡Como si no la conociesemos!

Esa misma noche, la hermana del Dr. Nick Toscanni intenta convencerle para que abandone su plan de venganza contra Blake, pero Nick se niega a hacerlo, por fin sabemos porque en ocasiones veía ahorcados… 

 No, no estoy loco aunque lo parezca con este careto… 

Considera a Blake el responsable de la muerte de su hermano Gianni, que se suicidó en una cárcel de Oriente Medio porque Blake no hizo una simple llamada telefónica que le hubiese salvado. Su hermana teme que le mate, pero Nick la tranquiliza diciéndole que no lo hará… sería demasiado fácil, ¡quiere hacerle sufrir! 


La tormenta asusta a la inocente Sammy Jo, que tiene pesadillas con su padre, aunque por lo que vimos debería tenerlas con su madrastra Bedelia, que no paró hasta que se libró de ella haciendo que su padre la facturase a Denver. Un trueno la hace correr hacia la habitación de Steven y se mete en su cama. No sabemos si Steven usa tapones para dormir, pero no se inmuta, ni con la tormenta ni cuando Sammy Jo intenta despertarle, así que la chica se acurruca allí para no dormir sola.

 ¡¿Pero esto que eees? ¿Qué hago con una tía en mi cama?!

Cuando la luz de la mañana sí que despierta a Steven se sorprende de ver a Sammy Jo a su lado y antes de que piense que se ha vuelto heterosexual del golpe que se dio en la cabeza ella le explica lo de las pesadillas y en su particular estilo de cotorra, Sammy Jo se pone a hablar y hablar y hablar, hasta que se da cuenta y se despide de él con un beso amistoso. Alexis, que como de costumbre se pasea por la mansión como Pedro por su casa la ve salir de la habitación de Steven y piensa lo peor.

 La okupa Alexis cotilleando sin demasiado disimulo…   #Bitchdelvisillo

Y aunque se paseaba libremente por el piso superior de la mansión a primera hora, la muy sibilina de Alexis llama a la puerta principal como quien pasaba por allí, para tener unas palabras con Krystle al respecto. Porque si Steven se ha vuelto hetero, perfecto, ¡pero no con la sobrina golfa de Krystle! 

”La vi salir de su habitación esta mañana y no estuvieron jugando al parchís!”

Krystle, que no tiene el horno para bollos, le deja claro que no va a discutir sobre Sammy Jo con ella, que prácticamente está de okupa en la finca. Lamentablemente, no puede evitar soltarle una puyita a Alexis y le dice que está embarazada de Blake ¡Noooooo, craso error Krystle!

¡Quiero el 100% del equipo, ¿capici?!

En Las Vegas, Blake recibe en la habitación de su hotel a un sicario del misterioso Logan Rhinewood, que compra en su nombre el 45% de su equipo de fútbol. De hecho querrían la totalidad del equipo, pero Blake no está tan desesperado. Como era de esperar, pasándose por el forro las ordenes de su padre, Fallon asoma su culo por allí… y su lengua viperina también.

”Dígame una cosa. Su traje es Neiman Marcus, pero ¿quién le diseña la cartuchera… Gucci?”

De vuelta a Denver en el jet, Fallon reconoce que ha ido a Las Vegas porque está aburrida de su matrimonio con el aburrido y sosainas de Jeff. Y dando rienda suelta a su complejo de Electra llega a preguntarle a su padre “¿Por qué no me he casado con un hombre como tú?” Blake se queda atónito con la pregunta y por una vez reconoce que no ha sido el marido perfecto que su hija piensa.
Y si no se lo cree, que le pregunte a Krystle. Que conduce hasta los establos en su flamante Rolls Royce, mientras que la “absurda” de su sobrina sigue con sus absurdeces (como dice Alexis) y va patinando por el camino. 

Unas en Rolls y otras en Rollers(kates) o sea patines… 

Sabemos que estamos tratando con dos rubias, de la misma familia para más inri, y no se le puede pedir peras al olmo, pero en vez de hablar del “encantador” Steven y de sus salidas juntos para comer pizza, Sammy Jo hubiese hecho un gran favor a su tía aconsejándole que no es buena idea montar a caballo cuando se está embarazada…
Por su parte, en otro lado de la enorme finca Carrington, Alexis también se pone en modo maternal con Steven mientras practica el tiro al plato. Dando por supuesto que Steven ha decidido abandonar su pasado gay… “su cuestionable pasado” decide hacer lo que no ha hecho en los últimos 16 años y ayudarle a elegir la chica perfecta. Una de su clase y no una golfa como Sammy Jo. Aunque no lo diga, está claro que lo único que le importa a Alexis es que Steven se case para que pueda heredar la fortuna de Blake. Más que mosqueado con las insinuaciones de su madre querida, Steven, que no falla ni un plato, le devuelve la escopeta a su madre (sin pegarle un tiro a ella) y le pide que no se meta en su vida.

Steven no es buena idea discutir con alguien que lleva una escopeta cargada.

Poco después, Alexis ve pasear plácidamente a Krystle a caballo y recordando que está embarazada, un pérfido plan se cruza por su cabeza cubierta por una boina. Se esconde detrás de un árbol enorme y dispara la escopeta… ¡afortunadamente al aire, no sobre su rubia rival! 
El tiro al plato es aburrido, mejor el tiro a la rubia.

El caballo se asusta y se encabrita, tirando a Krystle al suelo y llevándosela a rastras bajo la malvada mirada de Alexis. ¡Al plato no le daba ni a la de tres, pero con la rubia no ha fallado!
Sin saber lo que acaba de ocurrir en casa, Blake se pasa por la Colbyco para darse el gustazo de entregarle a su “amigo” Cecil un cheque por los 9 millones del préstamo y para decirle que le vaya bonito, porque da por finalizada su amistad... y se queda sin su equipo, que tanto deseaba.

No Cecil, no vas a ser el Florentino Pérez de Denver

Jeff ya se había enfadado antes con su tío Cecil por exigirle a Blake esa devolución -entre otras cosas porque lo hizo a cambio de que Fallon se casase con él sin quererle. Jeff había recogido todas sus cosas y dejaba la empresa familiar, porque no quiere seguir siendo su marioneta. Después, cuando su querida esposa, ha vuelto de Las Vegas también se enfrenta con ella. Sintiendo una extraña presión en las sienes, no se acaba de creer que fuese con Blake y piensa que fue a ver a uno de sus numerosos amantes, así que antes de marcharse le recuerda que aunque “sea el último de la lista” sigue siendo su marido. 
¡No deberías haber provocado a Fallon, Jeff! Porque nada más marcharte, Fallon sale en toalla al pasillo y se pone a flirtear con el Dr. Toscanni, que ha encontrado a Krystle tras su caída y la ha llevado a su habitación. 

“¡Es la última moda en Paris, se llama “le look presque nu”. 
Casi desnuda, o en cueros… como prefiera.”

A Fallon no le sale bien la maniobra con Nick, que se marcha sin dejarse engatusar. Pero tan pronto llega a su casa, Fallon le está esperando tirada en el sofá en plan vampiresa ("trepé hasta la ventana, está un poco alta pero soy muy atlética") y no parece dispuesta a recibir un no por respuesta. Nick, que no es de piedra, acaba mordiendo el anzuelo. 

Buona sera dottore, evidentemente no he venido para una consulta...

Después de hacerlo allí mismo, en el suelo, Fallon se pone a recordar a uno de esos jugadores de futbol que tanto le gusta llevarse a la cama, también italiano… como Nick. Le confiesa que le gusta mucho y que es una de sus fantasías eróticas hechas realidad -el hombre mediterráneo que sale del agua y se le acerca  dejándole empapada, pero no le importa- evidentemente, empapada la ha dejado, porque quiere repetir y hasta le pregunta a Nick porque ha tardado tanto en venir a Denver. Por la mirada misteriosa del doctor podemos suponer que tiene entre los brazos el medio para hacer sufrir a Blake…

¡Mamma Mia, esta me va a dejar seco!

En la mansión, Blake se acaba de enterar del accidente de Krystle, pero ella se muestra tranquila porque no le ha pasado nada al bebé. ¡Ingenua! Esto es un culebrón y una caída, por las escaleras o de un caballo solo significa una cosa: habemus aborto.  Justo cuando Krystle le dice que se encuentra perfectamente y Blake le dice lo que tendría que haberle dicho Sammy Jo unas horas antes: “¡no más caballos nunca más!” Krystle siente unos dolores en su vientre. Conducida en una ambulancia hacia el hospital junto a Blake, Krystle admite entre lágrimas –y sin avisar del spoiler- que va a perder a su hijo.

CONTINUARÁ…