No es la casa de los Munster…
es la mansión Carrington
Llueve en Denver, llueve mucho, se avecina una
tormenta en todos los sentidos, pero nada va a impedir que Blake vuele hasta
Las Vegas en su avión privado para ocuparse de sus negocios. Krystle quiere
acompañarle, pero Blake insiste en que se quede en casa y a la rubia no le
queda más remedio que hacerlo (¡sólo falta que le ponga un cinturón de castidad!). En cambio, Fallon, que como ya sabemos es mucho
más espabilada y se ha enterado de todo escuchando como una cotilla al otro
lado de la puerta, se calla y se escabulle para colarse en el avión y no salir
hasta que ha despegado.
¡¡¡Sorpresaaaaaa papá!!! ¡Tienes un polizón a bordo!
Evidentemente, como no la puede tirar con paracaídas
ni dar la vuelta, Blake tiene que aguantarse y permitir que su niña mimada le
acompañe. Fallon solo está preocupada por él, sabe que quiere vender una parte
de su equipo para poder devolverle el préstamo al avaricioso Cecil y va a
tratar con mafiosos. Blake asegura que no necesita su ayuda y le advierte que
no se meta por medio… ¡Si, ya! ¡Como si no la conociesemos!
Esa misma noche, la hermana del Dr. Nick Toscanni
intenta convencerle para que abandone su plan de venganza contra Blake, pero
Nick se niega a hacerlo, por fin sabemos porque en ocasiones veía ahorcados…
No, no estoy loco aunque lo parezca con este careto…
Considera a Blake el responsable de la muerte de su
hermano Gianni, que se suicidó en una cárcel de Oriente Medio porque Blake no
hizo una simple llamada telefónica que le hubiese salvado. Su hermana teme que
le mate, pero Nick la tranquiliza diciéndole que no lo hará… sería demasiado
fácil, ¡quiere hacerle sufrir!
La tormenta asusta a la inocente Sammy Jo, que tiene
pesadillas con su padre, aunque por lo que vimos debería tenerlas con su
madrastra Bedelia, que no paró hasta que se libró de ella haciendo que su padre
la facturase a Denver. Un trueno la hace correr hacia la habitación de Steven y
se mete en su cama. No sabemos si Steven usa tapones para dormir, pero no se
inmuta, ni con la tormenta ni cuando Sammy Jo intenta despertarle, así que la
chica se acurruca allí para no dormir sola.
¡¿Pero esto que eees? ¿Qué hago con una tía en mi cama?!
Cuando la luz de la mañana sí que despierta a Steven
se sorprende de ver a Sammy Jo a su lado y antes de que piense que se ha vuelto
heterosexual del golpe que se dio en la cabeza ella le explica lo de las
pesadillas y en su particular estilo de cotorra, Sammy Jo se pone a hablar y
hablar y hablar, hasta que se da cuenta y se despide de él con un beso
amistoso. Alexis, que como de costumbre se pasea por la mansión como Pedro por
su casa la ve salir de la habitación de Steven y piensa lo peor.
La okupa Alexis cotilleando sin demasiado disimulo… #Bitchdelvisillo
Y aunque se paseaba libremente por el piso superior de
la mansión a primera hora, la muy sibilina de Alexis llama a la puerta principal como quien pasaba por allí, para
tener unas palabras con Krystle al respecto. Porque si Steven se ha vuelto
hetero, perfecto, ¡pero no con la sobrina golfa de Krystle!
”La vi salir de su habitación esta mañana y no
estuvieron jugando al parchís!”
Krystle, que no tiene el horno para bollos, le deja
claro que no va a discutir sobre Sammy Jo con ella, que prácticamente está de
okupa en la finca. Lamentablemente, no puede evitar soltarle una puyita a
Alexis y le dice que está embarazada de Blake ¡Noooooo, craso error Krystle!
En Las Vegas, Blake recibe en la habitación de su hotel a un sicario del misterioso Logan Rhinewood, que compra en su nombre el 45% de su equipo de fútbol. De hecho querrían la totalidad del equipo, pero Blake no está tan desesperado. Como era de esperar, pasándose por el forro las ordenes de su padre, Fallon asoma su culo por allí… y su lengua viperina también.
¡Quiero el 100% del equipo, ¿capici?!
En Las Vegas, Blake recibe en la habitación de su hotel a un sicario del misterioso Logan Rhinewood, que compra en su nombre el 45% de su equipo de fútbol. De hecho querrían la totalidad del equipo, pero Blake no está tan desesperado. Como era de esperar, pasándose por el forro las ordenes de su padre, Fallon asoma su culo por allí… y su lengua viperina también.
”Dígame una cosa. Su traje es Neiman Marcus, pero
¿quién le diseña la cartuchera… Gucci?”
De vuelta a Denver en el jet, Fallon reconoce que ha
ido a Las Vegas porque está aburrida de su matrimonio con el aburrido y
sosainas de Jeff. Y dando rienda suelta a su complejo de Electra llega a
preguntarle a su padre “¿Por qué no me he casado con un hombre como tú?” Blake
se queda atónito con la pregunta y por una vez reconoce que no ha sido el
marido perfecto que su hija piensa.
Y si no se lo cree, que le pregunte a Krystle. Que
conduce hasta los establos en su flamante Rolls Royce, mientras que la
“absurda” de su sobrina sigue con sus absurdeces (como dice Alexis) y va
patinando por el camino.
Unas en Rolls y otras en
Rollers(kates) o sea patines…
Sabemos que estamos tratando con dos rubias, de la
misma familia para más inri, y no se le puede pedir peras al olmo, pero en vez
de hablar del “encantador” Steven y de sus salidas juntos para comer pizza,
Sammy Jo hubiese hecho un gran favor a su tía aconsejándole que no es buena
idea montar a caballo cuando se está embarazada…
Por su parte, en otro lado de la enorme finca
Carrington, Alexis también se pone en modo maternal con Steven mientras practica
el tiro al plato. Dando por supuesto que Steven ha decidido abandonar su pasado
gay… “su cuestionable pasado” decide hacer lo que no ha hecho en los últimos 16
años y ayudarle a elegir la chica perfecta. Una de su clase y no una golfa como
Sammy Jo. Aunque no lo diga, está claro que lo único que le importa a Alexis es
que Steven se case para que pueda heredar la fortuna de Blake. Más que
mosqueado con las insinuaciones de su madre querida, Steven, que no falla ni un
plato, le devuelve la escopeta a su madre (sin pegarle un tiro a ella) y le
pide que no se meta en su vida.
Steven no es buena idea discutir
con alguien que lleva una escopeta cargada.
Poco después, Alexis ve pasear plácidamente a Krystle
a caballo y recordando que está embarazada, un pérfido plan se cruza por su
cabeza cubierta por una boina. Se esconde detrás de un árbol enorme y dispara
la escopeta… ¡afortunadamente al aire, no sobre su rubia rival!
El tiro
al plato es aburrido, mejor el tiro a la rubia.
El caballo se asusta y se encabrita, tirando a Krystle
al suelo y llevándosela a rastras bajo la malvada mirada de Alexis. ¡Al plato
no le daba ni a la de tres, pero con la rubia no ha fallado!
Sin saber lo que acaba de ocurrir en casa, Blake se
pasa por la Colbyco para darse el gustazo de entregarle a su “amigo” Cecil un
cheque por los 9 millones del préstamo y para decirle que le vaya bonito,
porque da por finalizada su amistad... y se queda sin su equipo, que tanto deseaba.
Jeff ya se había enfadado antes con su tío Cecil por exigirle a Blake esa devolución -entre otras cosas porque lo hizo a cambio de que Fallon se casase con él sin quererle. Jeff había recogido todas sus cosas y dejaba la empresa familiar, porque no quiere seguir siendo su marioneta. Después, cuando su querida esposa, ha vuelto de Las Vegas también se enfrenta con ella. Sintiendo una extraña presión en las sienes, no se acaba de creer que fuese con Blake y piensa que fue a ver a uno de sus numerosos amantes, así que antes de marcharse le recuerda que aunque “sea el último de la lista” sigue siendo su marido.
No Cecil, no vas a ser el Florentino Pérez de Denver
Jeff ya se había enfadado antes con su tío Cecil por exigirle a Blake esa devolución -entre otras cosas porque lo hizo a cambio de que Fallon se casase con él sin quererle. Jeff había recogido todas sus cosas y dejaba la empresa familiar, porque no quiere seguir siendo su marioneta. Después, cuando su querida esposa, ha vuelto de Las Vegas también se enfrenta con ella. Sintiendo una extraña presión en las sienes, no se acaba de creer que fuese con Blake y piensa que fue a ver a uno de sus numerosos amantes, así que antes de marcharse le recuerda que aunque “sea el último de la lista” sigue siendo su marido.
¡No deberías haber provocado a Fallon, Jeff! Porque
nada más marcharte, Fallon sale en toalla al pasillo y se pone a flirtear con
el Dr. Toscanni, que ha encontrado a Krystle tras su caída y la ha llevado a su
habitación.
“¡Es la última moda en Paris, se llama
“le look presque nu”.
Casi desnuda, o en cueros… como prefiera.”
A Fallon no le sale bien la maniobra con Nick, que se
marcha sin dejarse engatusar. Pero tan pronto llega a su casa, Fallon le está
esperando tirada en el sofá en plan vampiresa ("trepé hasta la ventana, está un poco alta pero soy muy atlética") y no parece dispuesta a recibir
un no por respuesta. Nick, que no es de piedra, acaba mordiendo el anzuelo.
Buona sera dottore, evidentemente no he venido para una
consulta...
Después de hacerlo allí mismo, en el suelo, Fallon se
pone a recordar a uno de esos jugadores de futbol que tanto le gusta llevarse a
la cama, también italiano… como Nick. Le confiesa que le gusta mucho y que es
una de sus fantasías eróticas hechas realidad -el hombre mediterráneo que sale
del agua y se le acerca dejándole
empapada, pero no le importa- evidentemente, empapada la ha dejado, porque
quiere repetir y hasta le pregunta a Nick porque ha tardado tanto en venir a
Denver. Por la mirada misteriosa del doctor podemos suponer que tiene entre los
brazos el medio para hacer sufrir a Blake…
¡Mamma Mia, esta me va a dejar seco!
En la mansión, Blake se acaba de enterar del accidente
de Krystle, pero ella se muestra tranquila porque no le ha pasado nada al bebé.
¡Ingenua! Esto es un culebrón y una caída, por las escaleras o de un caballo
solo significa una cosa: habemus aborto.
Justo cuando Krystle le dice que se encuentra perfectamente y Blake le
dice lo que tendría que haberle dicho Sammy Jo unas horas antes: “¡no más
caballos nunca más!” Krystle siente unos dolores en su vientre. Conducida en
una ambulancia hacia el hospital junto a Blake, Krystle admite entre lágrimas
–y sin avisar del spoiler- que va a perder a su hijo.
CONTINUARÁ…